Cascos de moto en 2018

¿Te has preguntado alguna vez cuáles son los cascos de motocicletas más seguros? Así que dejamos la lista de modelos con cinco estrellas. 

Durante meses ha sido uno de los artículos más visitados y, por qué no decirlo, tan controvertido. El grado de seguridad del casco creado por SHARP, una organización que operaba bajo el gobierno británico, no dio los modelos de cinco estrellas que, según los conocimientos populares, deberían tener. Y el hecho es que las pruebas SHARP no obedecen a las campañas de marketing ni a los nombres de los pilotos que las llevan sobre sus cabezas, sino que se basan exclusivamente en el análisis científico que explicaremos en este artículo. 

SHARP ha dejado su mano, ha seguido analizando los cascos de todas las marcas y sirve como una palanca que ha superado los 400 modelos desde que comenzaron a funcionar en 2008, vamos a construir aquí a todos aquellos que han recibido cinco estrellas y por lo tanto son Cascos más seguros desde un punto de vista objetivo, sin saber si son más o menos ruidosos, cómodos o ligeros. 

ES ASÍ CÓMO SE ANALIZAN LOS CASCOS 

Antes de ir a la lista, es bueno saber cómo se realizan las pruebas SHARP. Cada modelo que se ejecuta a través de sus estructuras, en siete tamaños diferentes, debe soportar hasta 32 tipos de impactos (usando muchas unidades para esto, sin repetir dos impactos). Para asegurarse de que sean modelos fiables, los compran en diferentes tiendas físicas sin dejar ninguna posibilidad de manipulación. Además, los tipos de velocidad e impacto se basan en estudios de accidentes del mundo real a nivel nacional e internacional, dando prioridad a aquellos que ocurren con mayor regularidad. En resumen, los impactos, como puede ver en la animación, son lineales u oblicuos. 

En la prueba lineal, un casco, sujeto a un molde para simular ser la cabeza del piloto y dentro de diferentes sensores para recolectar información, como el cerebro, fue golpeado verticalmente y la capacidad de absorción de energía es medida por el caparazón. 

En el oblicuo, tratamos de simular el impacto del casco sobre el asfalto con una superficie rugosa. Aquí, nuestro objetivo es medir una caída en la que el corredor pierde el control y golpea el suelo, centrándose en posibles lesiones en el cuello y la cabeza. 

 

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